LO MARAVILLOSO

LOS QUE SE ATREVEN A CANTAN SU POESÍA II

Leonard Cohen

If it be your will  *para Lara

If it be your will
That I speak no more
And my voice be still
As it was before
I will speak no more
I shall abide until
I am spoken for
If it be your will
If it be your will
That a voice be true
From this broken hill
I will sing to you
From this broken hill
All your praises they shall ring
If it be your will
To let me sing
From this broken hill
All your praises they shall ring
If it be your will
To let me sing

If it be your will
If there is a choice
Let the rivers fill
Let the hills rejoice
Let your mercy spill
On all these burning hearts in hell
If it be your will
To make us well

And draw us near
And bind us tight
All your children here
In their rags of light
In our rags of light
All dressed to kill
And end this night
If it be your will
If it be your will.



LOS QUE SE ATREVEN A CANTAR SU POESÍA I

Patti Smith

Star fever

They can not harm me 
They can not harm me 

They can only 
burn out my eyes 
beat my limbs 
black and blue 
legs cant run 
hands cant play 
face cant sing 
cant sing cant say
They can not harm me 

They can only 
turn in my eyes 
rip out my teeth 
spit pure ivory 
carve my face like a clock 
alarm me clock 
clock me 
bleed me scape 
goat me 
chain me to a rock me 
rock me rock me 
clever as a fox me 
brand a star on/my left shoulder 
a star on my left 

Clever as a fox 
my spirit lights 
behind the boulder 
holding to my name forever 

Knowing I'll go on forever 
Spirit laughing free as water 
in a ring of fire 
with its hair aflame 

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Cómo he de llamarte
Como he de llamarte, ho!, que te presentas
En líquido resplandeciente,
Como serpiente que ondulas y no es que ondules.
Nacimiento del Cristo, cuando los diferentes están en ti.
Cómo decir que naces!, cuando eres Luz resplandeciente, líquida,
Como la aurora del norte me contienes.
Solo cuando hermanos  y hermanas se contienen en ti, resplandecen juntos.
Tú, señor-señora. Has nacido Cristo… como serpiente que ondula… y sin embargo no ondulas Quetzalcoalt .
Tus colores impregnan las plumas del quetzal y serpenteas como víbora.
Y sin embargo, eres líquido que  serpenteas del color del quetzal; y solo cuando hermanos y hermanas están en ti serpenteando has nacido, en la conciencia del hombre.
Resguarda tu Luz, pues es la Luz  del Cristo la que nace en ti.

El Nacimiento es nuestro nacimiento.

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Mía Gallegos

Hija de la tierra soy

III
Hija la tierra soy. Amante de la muerte.
A menudo en mis sueños la verdad se revela por
completo.
Crecen mis manos y mis pies hasta enroscarse
en un enorme tronco.

Deja que sea yo quien te penetre. Aunque
sea por una sola vez.

Soy dueña tan solo de mis lágrimas.
No sé llorar por dentro.




Coreografía

En fin
que no he vivido nada.
No sé qué cosa es una guerra
y tengo como prisión al cuerpo
y alma como campo de batalla.

Me debato entre la duda
de reflexionar o fluir;
esto es situarse en el palco de los espectadores,
o estar
en cada íntimo instante del milagro.

Vivo de pedacitos,
pero aspiro a la totalidad,
es decir a Mozart y al poema que me redima
y me revele los espacios absolutos
y la nada.

Percibo de mí
los sitios más secretos:
la culpa,
una tercera conciencia de las cosas,
la dualidad del pensamiento,
la ira pequeña
por lo que ya ocurrió.
Pero he vivido poco. Treinta años.
Dos amores de piel
y un querer abandonar
esta espera que me señala la vida.

Anhelo la anarquía,
el más tierno desorden del amor,
la cábala
los relojes de arena y una habitación sencilla.

Quiero tener un destino trazado de antemano,
encontrarme con Dios
y los abismos
y no tener conciencia de la llama.
Ser la llama misma y la aventura.

Pero vengo de soledades últimas,
de conversaciones que nunca concluyeron,
de espejos que me miraron desde la infancia hasta ahora,
de abandonados armarios de caoba que fueron
de tías o de abuelas remotísimas.

Cuán poco he vivido.
No conozco la guerra. Y tampoco la paz.
Me duele la orfandad,
el desarraigo,
el sentirme extranjera en cualquier sitio,
el no pertenecer
a una familia o a una patria.
No puedo narrar una batalla;
ni hablar del hambre y de la peste,
ni escribir la canción de algún soldado herido,
ni hablar de mujer violada,
ni decir cómo es un cementerio después de una llovizna.

Pero anhelo decir en el poema
que la vida me conmueve,
que respiro mejor cuando me entrego,
que necesito amar de la manera más simple y primitiva.
Me gusta la paz y la defiendo
y la guerra cuando es justa,
y el sabor de las mandarinas cuando llega el verano,
que me gusta ser una y arraigarme en el cosmos,
y sentir que mi vida palpita al mismo tiempo que la vida,
aunque no haya vivido,
aunque mi hambre sea de infinito,
aunque no sepa expresar
que por alguna razón precisa estoy aquí,
a punto de vencer,
a punto de morir,
de vivir.


El ojo de la aguja

VII
Al amor llegué con un grito de seda
y puse las dos mejillas,
el cuerpo y la conciencia.

Nada quedó de mí,
ni siquiera una carta,
ni siquiera un espejo en donde reconocerme.
Mas aprendí a pasar
por el ojo de la aguja,
es decir a perdonar sinceramente.
A dejar la piel en el alambre,
a dolerme desde los pies
a la cabeza.

Lo perdí todo.
Y cuando entendí que no sabía defenderme de la gente,
respondí con una bofetada de ternura,
porque yo sé
que sólo los dulces heredarán la tierra.




-     -     - 

Eunice Odio

Si pudiera abrir mi gruesa flor...


Yo no me dejo humillar por las cosas irracionales:
penetrar lo que haya en ellas de sarcasmo hacia mí
haré que las ciudades y civilizaciones se me rindan.

Walt Whitman

En un lugar de la Mancha de cuyo nombre
no quiero acordarme

Cervantes

Eunice andaba en el sueño
con zapatos de vigilia,
¡ay, Eunice, por tus pies
te van a negar el día!

Eunice Odio


Si pudiera abrir mi gruesa flor
para ver su geografía íntima,

su dulce orografía de gruesa flor:
si pudiera saltar desde los ojos

para verme, abierta al sol,
si no me golpeara de pronto, en la mejilla,

esta reunida sombra,
esta orilla de silencio

que es lo que ciertos pañuelos a la lágrima,
un aposento blanco, descubierto.

Si pudiera quedarme abierta al sol
como el sencillo mar

y alta, recién nacida hija del agua,
creciera mi color al pie del agua.

Por qué no he de poder desnudarme los pies
en una casa en que los alfabetos ascienden

por el labio a la palabra, y en que duendes de menta,
sirven té verde y florecida sombra.

Por qué no he de poder
desnudarme los pies en una casa

en que todos los días
un año desviste su estatura melancólica,

y en que la costa azul de un relicario
guarda el retrato de un vecino de mayo que se ha ido.

Sin embargo

no puedo desnudarme los pies en esta casa
ni poner sobre la mesa el corazón.

Pero puedo abrirme como una flor
y saltar desde los ojos para verme,

abierta al sol.


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Jose Ángel Valente

Breve son

El amor está en lo que tendemos...

El amor está en lo que tendemos
(puentes, palabras ).

El amor está en todo lo que izamos
(risas, banderas).

Y en lo que combatimos
(noche, vacío)
por verdadero amor.


El amor está en cuanto levantamos
(torres, promesas).

En cuanto recogemos y sembramos
(hijos, futuro).

Y en las ruinas de lo que abatimos
(desposesión, mentira)
por verdadero amor.



Mandorla

Mandorla


Estás oscura en tu concavidad
y en tu secreta sombra contenida,
inscrita en ti.

Acaricié tu sangre.

Me entraste al fondo de tu noche ebrio
de claridad.




El Amanecer

El amanecer es tu cuerpo
y todo lo demás pertenece a la sombra.



Iluminación (fragmento) 

Quién eres tú, quién soy,
dónde terminan, dime, las fronteras
y en qué extremo
de tu respiración o tu materia
no me respiro dentro de tu aliento.


Que tus manos me hagan para siempre,
que las mías te hagan para siempre
y pueda el tenue
soplo de un dios hacer volar
al pajarillo de arcilla para siempre.


Graal

Respiración oscura de la vulva.

En su latir latía el pez del légamo
y yo latía en ti.


                          Me respiraste
en tu vacío lleno
y yo latía en ti y en ti latían
la vulva, el verbo, el vértigo y el centro.




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Andrea Echeverri (Aterciopelados)

Menos mal

Menos mal que apareciste 


Menos mal me convenciste 


Menos mal sigues aquí 




Menos mal nos ofendimos 


Menos mal nos perdonamos 


Menos mal nos dimos otra oportunidad 





Menos mal que construimos 


Menos mal nos decidimos 


A seguir hasta el final

 



Menos mal nos equivocamos 

Menos mal nos enmendamos 

Menos mal volvimos a empezar
 


No te vayas nunca lo malo disculpa 

No te alejes, no me dejes

Menos mal que apostamos 

Que semillitas sembramos 

Que nos hacemos reír 



Menos mal nos divertimos 

Como niños sorprendidos 

Menos mal sentimos juntos ganas de vivir 



Menos mal nos conectamos 

Menos mal nos impregnamos 

Menos mal nos penetramos

No te vayas nunca lo malo disculpa 

No te alejes no me dejes


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Renata Durán

Echo raíces en ti...


Echo raíces en ti,
vegetalmente hambrienta
de tu tierra húmeda
y negra.




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Gunnar Ekelöf  


Diwan del Príncipe de Emigion 1965 (fragmento)


Oí en sueños:
-Habιb, ¿quieres esta cebolla
o solamente una rodaja?
De pronto me envolvió una gran incertidumbre

¡La cuestión que me planteaba este enigma
era la cuestión de mi vida!
¿Prefería yo la parte al todo
o el todo a la parte?
No, yo quería las dos cosas
tanto la parte del todo como el todo
y que esta elección no implicase contradicción alguna.



Collar de perlas (Nazm)  (fragmento) 

No, las almas no se hablan
unas a otras
de manera diferente que los pájaros
Y los pájaros no se hablan
de manera diferente que las almas
Mientras nuestro oído necesita
una multitud de palabras
de sonidos laboriosamente ensamblados
para que lo dicho llegue a su destino
les bastan a ellos unos pocos
les basta con variar su intensidad
variar su acento.





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Julio Cortázar - RAYUELA (fragmento, capítulo 7)

"Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."

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